Chocolate Feliz: Diario de un entrenador pokémon. Dia 1.

Hoy, estaba tranquilamente por una de las calles de Crorfer, mi país natal, y me he encontrado con un objeto muy extraño que era como una bola, la cogí y un señor empezó a llamarme loco. No le hice caso y guarde la bola en mi mochila. Al llegar a casa, me encontré a mi hermana durmiendo en el sofá, así que decidí pintarle bigotes y penes en la cara. Grave error. Mi madre me pillo y me echo bronca, no entendí bien el porque, pero me castigo en mi cuarto sin pc y sin internet, así que decidí examinar la bola que me había encontrado, pero no se abría ni dándole ~~pollazos~~ martillazos. Espere a que mi madre me levantara el castigo para poderme meter en internet, pero igualmente no encontré información, entonces decidí mirar la información en las enciclopedias humanas. Et voilà. Descubrí que ese artefacto era una Pokéball, que solo se podía usar para capturar pokémon. La lastima es que solo podía capturar a los Pokémon en el mundo humano. Decidí ir, pero sabía que contaría con la negativa de mi madre, pero de todas formas se lo pregunté. Obviamente me dijo que no, pero iba a esperar la respuesta de mi padre. Esperé seis horas hasta que mi padre llegó del trabajo. "Quizás es buena idea" me dijo. "A lo mejor te haces mas fuerte. Yo a tu edad capturé a un Pidgey." me explicó. Con la afirmativa de mi padre decidí ir a capturar Pokémons para hacerme mas fuerte. Hice los preparativos para ir al mundo humano y fui al santuario de la diosa Judit. Mi padre que me esperaba allí para enviarme hacia la tierra, me dio un brazalete muy raro. Me lo puse, y mi padre me metió en una capsula, no sin antes despedirse de mí. Mi padre presiono un botón, y lo ultimo que recuerdo es que sonó un estruendo, y luego todo oscuro. Pasaron minutos hasta que, finalmente choqué con algo. Era un páramo verde precioso. Lastima que mi capsula hiciera un gran agujero en la tierra.